jueves, 22 de diciembre de 2011

Un momento de imposible virginidad en el pesebre

¡Aaaah de la exuberante y siempre voluptuosa Pamela Anderson!

¡Aaaah de la despampanante conejita de Playboy! ¡Y de la esbelta portadora de ese lindo par de flotadores que salvaron vidas y acapararon miradas en la serie Guardianes de la Bahía!

Sí, ¡ah de la perenne Pamela Anderson! De esta hermosa criatura que durante su vida de artista cedió a los ojos del público tantos centímetros de su propia piel, que por poco, por poquito termina cediéndola totalmente. 
Sí, la Pamela, la de los atributos físicos que sin mucho esfuerzo saltan a la vista.

Pamela, la que, por un lado, porta un par de perfectos medias bombas que, aunque repletas de silicona por dentro, por fuera siguen siendo sus dos magníficos senos.
Y la que, por el otro, esconde aquellas partes que llaman íntimas, pero tan ventiladas por ella en videos y en fotografías, que dejaron de serlo para convertirse en partes de inmenso interés público.

¡Y aaah de lo último que a ella se le ocurrió!

Y fue creer que le había llegado la hora de actuar en el espectáculo más celebrado de todos los tiempos: el nacimiento de Jesús.
Los integrantes del pesebre navideño recibieron con sorpresa la solicitud de trabajo que ella les presentó, y sin embargo la consideraron.

Hablaron luego del papel que le asignarían. San José protestó diciendo que ni por aquella Pamela entregaría el puesto; lo propio hicieron los reyes magos; el asno y el buey argumentaron que eran imprescindibles; de manera que la Virgen María terminó por ceder el puesto a Pamela, gesto que la Virgen cumplió amablemente.
Sin embargo pensaron que, para merecer el papel que le habían asignado, Pamela debía hacer esta vez un sacrificio muy grande, que consistía precisamente en vestirse de pies a cabeza para actuar. Ella pensó que por un momento de virginidad en el pesebre bien valía la pena hacer el sacrificio terrible de taparse completamente.

Y así fue como, en Canadá y en el centro mismo de un pesebre viviente, la talentosa Pamela Anderson volvió a ser virgen al menos por unos momentos.
Y fue ocasión para que los guardianes de la moral pública (que no parecen tales, sino más bien rabiosos guardianes de las partes íntimas de Pamela) protestaran como siempre, y por fortuna en vano.  

Y finalmente fue el día en que el Niño Dios, viendo a Pamela y hallándola mucho más bonita que cuando la creó, con inmenso regocijo de su parte aprobó del todo las mejoras hechas en ella por la experta mano del hombre.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Juan Manuel, el más milagroso de todos los santos

Es de admirar lo que el presidente Santos está haciendo por rescatar a los colombianos de la práctica de la vagancia laboral obligatoria.

A decir verdad, el colosal esfuerzo desplegado en este sentido consiste solo en lanzar anuncios. Pero no de cualquier manera.

Conviene recordar ahora que hace poco alguien intentó desprestigiar al gobierno actual diciendo que es de anuncios.  El intento fue bueno, pero algo corto. Si bien es cierto que este gobierno es de anuncios, hay que ver el modo que emplea para echarlos al aire y los resultados que así obtiene.

Santos le confiera una descomunal fuerza de solución a cada anuncio que hace. Y tanta es esa fuerza, que con el solo anuncio el problema correspondiente queda de inmediato solucionado. Son pues anuncios milagrosos.
El último constituye su milagro más reciente y el que va a cambiar en forma radical el panorama laboral colombiano.

He aquí lo ocurrido. El modelo de desarrollo colombiano, como buen modelo que es, está concebido fundamentalmente para conseguir dos resultados: la multiplicación  del número de los pobres y a la vez la reducción del de los ricos, y la fabricación a gran escala de desocupados y de proveer con ellos a los mercados mundiales.
Santos sueña con pasar a la historia como el presidente de los desempleados.

Y lo está consiguiendo. Viajó a Europa y vio allí las largas colas de desempleados. Volvió a Colombia, y para regocijo suyo no vio aquí ninguna.
Entonces, y como parte fundamental de su lucha contra el desempleo, soltó el anuncio milagroso: “Mientras en países desarrollados el desempleo aumenta, en Colombia disminuye”.

Logró así dos cosas: una, que en Colombia dejara de existir la vagancia laboral; y la otra, que la vagancia europea nos vea ahora como inagotable fuente de empleo.

Y el cambio que sufrirá nuestro comercio exterior será el más profundo de todos los tiempos, porque en pocos días de exportadores pasaremos a ser grandes importadores de desempleo.
Y si este cambio no es un milagro hecho por el solo anuncio de Santos, ¿qué podrá serlo entonces?

viernes, 2 de diciembre de 2011

Por sus traseros las conoceremos

El desmejoramiento por cirugía plástica de la mejor cola de Colombia debería dar lugar a una reflexión inteligente sobre este hermoso y muy femenino adminículo.

 ¿Se le pueden sacar a una cola de mujer provechos mejores de los
que de ordinario suelen sacársele? Por supuesto que sí, y de muestra va el siguiente trasero.

 La necesidad de una consulta médica de cirugía plástica puso a la cola de nuestro cuento a las puertas de cierta clínica. A la cola venía perfectamente adherido un cuerpo que parecía de modelo. Diríase que aquel monumento no era una mujer con cola, sino una cola con mujer.

 Con todo, la cola había decidido de antemano que en la clínica pasaría de incógnito todo el tiempo. Es decir, que entraría como una cola NN y debía salir lo mismo.

 Para tal efecto, ella misma aceptó cubrirse con un taparrabos, y obligó a la cara de la mujer a esconderse tras un tapabocas.

 Como es de rigor, le pidieron el nombre y no lo dio. La cédula, y no la presentó. Nada. Así que cola y mujer consiguieron entrar al consultorio como querían: como unas NN.

 Cuando el médico preguntó por el objeto de la consulta, la mujer le dio la espalda y como quien no quiere hacerlo dejó caer el taparrabos.

 Ante aquellas sublimes redondeces, el médico abrió desmesuradamente los ojos, y en lugar gritar ¡Guau! ¡Guau! como era de esperarse, empezó a dar grandes voces diciendo:

 ¡Lo sabía, lo sabía!…Es la Cediel…¡Es Jéssica Cedieeeeel!

 Y fue así como, gracias al nuevo uso de la cola como instrumento de identidad, nos enteramos de que al mejor trasero de Colombia le salieron unos turupitos, lo más de bonitos...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Que Dios tenga de su mano a semejante cola

La dulce redondez de la mejor cola de Colombia está pasando por momentos críticos. Hablamos de la modelo y presentadora Jessica Cediel, cuya estupenda cola se halla a punto de venirse literalmente abajo.  

 El drama comenzó con una operación de mejoramiento estético que la dejó mal parada. A la cola. Deprimida como está, la cola, logró despertar la solidaridad de todos los colombianos. Nosotros no se la negaremos, por supuesto.

 De hecho, estamos pidiéndo a los médicos que hagan todo lo que esté en sus manos hacer para levantarle el ánimo.  A la cola, desde luego. Y para que no eche a la basura el promisorio futuro que ella, la cola, por sí sola y con tanto esfuerzo y talento se había ya forjado.

 No dejaremos sola a esta cola en su dolor. Haremos lo que sea para que ella vuelva a ser lo que antes fue. Altiva y orgullosa. Si para ello tenemos que rezar, rezaremos. Y si tenemos que subir de rodillas a Monserrate, lo pensaremos. Con nuestros impacientes ojos puestos en ella, en la cola, como siempre lo hemos hecho, procuraremos estar al tanto de su recuperación.

 Porque si algo debemos hacer los colombianos es evitar que la silicona eche a perder la pieza más emblemática, y más vista  y admirada del patrimonio culístico nacional.  


miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mark Twain: gracias por la risa

“La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa”, “Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación”, “Hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”, “Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido, que abrirla y disipar la duda”: el escritor y humorista que soltó para la eternidad estas y otras frases  de igual calibre irónico fue el estadounidense  Mark Twain, que nació un 30 de noviembre, hace precisamente 176 años. Así disipe la duda sobre mi estupidez, voy a abrir la boca para decir: “Gracias, Mark, porque con el regalo de su vida y de sus obras nos dejó también la delicia de leerlo y recordarlo”.  

jueves, 24 de noviembre de 2011

Contra la inseguridad, no hay como el optimismo presidencial

Es de ver el trato irreverente que la inseguridad viene dando desde hace años a los buenos y pacientes habitantes de Bogotá.

 En pago, estos aprovechan toda oportunidad para hablar mal de ella, para desacreditarla, denunciarla y enfrentarla con sus más encarnizados y letales enemigos: los policías.

Los bogotanos no pueden seguir siendo parte de esta contienda feroz: es preciso que comiencen a combatir la inseguridad con estrategias más inteligentemente diseñadas.

Sí, a combatirla con estrategias más eficaces. Como, por ejemplo, superar esa actitud negativa hacia el robo y el atraco, y en su lugar empezar a cultivar una visión optimista de la  justicia distributiva que la delincuencia viene imponiendo en la ciudad.

Con algo más de optimismo en sus retinas, los bogotanos dejarían de considerar como atracos, fleteos, raponazos, asaltos y robos a hechos que no son más que medios de adquirir en forma directa y a precios bajos bienes que son incomprables en el comercio regular

Si de lo que se trata es de disminuir a cero los terribles efectos de la inseguridad, no hay duda que el método descrito es el más inteligente y audaz de lograrlo.

En resumen, para derrotar la inseguridad lo que la Capital necesita, no es que llenen sus calles de policías, o que las desocupen de cacos, sino bogotanos con una visión menos negativa del quehacer diario de la delincuencia.

Precisamente, bogotanos armados con ese género de optimismo que en todo tiempo y lugar irradia el presidente Santos, y del que está haciendo gala en Londres.

En efecto, ante ingleses maravillados y boquiabertos afirmó que “Caminar por Bogotá es más seguro que en ciudades como Washington o Atlanta".

El optimismo presidencial, si bien no bajó de inmediato los índices de inseguridad, sí le causó un daño irreparable al esfuerzo que venía desplegando la delincuencia nacional por convertir a Bogotá en la ciudad más insegura del mundo.

Pero basta de andar por las ramas. Hay que dar con la causa que hace que, en materia de inseguridad, Washington esté progresando más rápidamente que Bogotá.

¿Por qué es más inseguro caminar por las calles de la capital norteamericana que por las de la capital colombiana? ¿Por qué, si ambas son sede de gobierno y de congreso?

¿Es acaso porque allá hay por kilómetro cuadrado más calles que acá?

No. La capital gringa es más insegura por la única razón posible: porque allá, por cada habitante hay más políticos que acá. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Sin la teta no hay oposición

Hay que hablar y atacar como si se estuviese peleando con la vaca, pero, eso sí, sin la menor intención de soltar la teta: ésta es la ley suprema de quienes en Colombia dicen que hacen oposición al gobierno de turno. Para la muestra, nuestra  fotocalcatura de hoy:  

jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Recuerdan a ese tipo llamado Álvaro Uribe?

Por fortuna ya son pocas las excepciones humanas que se acuerdan de Uribe Vélez. Y no es por gusto que les dé por recordarlo, sino porque no tienen algo más deprimente que hacer.
A quienes lo echaron ya al olvido hay que contarles otra vez de qué persona estamos hablando. Se trata de Uribe, aquel político antioqueño que, no solo no supo honrarla, sino que se encuentra bajo sospecha de cometer Presidencia de Colombia durante ocho larguísimos años.  

El amor desmedido a la Patria de que se ufana lo obligó a emprender un camino que a él mismo lo llenará de resonantes éxitos y a los colombianos de grandísimas y reales satisfacciones: el arduo y duro camino de las derrotas electorales.
Uribe hizo pública su entrada triunfal en el nuevo y promisorio camino de su vida con un aplastante primer logro de su propia cosecha. Ocurrió el pasado 30 de octubre, con la Alcaldía de Bogotá.

Nunca antes un político colombiano desplegó tanta inteligencia, tanta capacidad de trabajo y tanta voluntad de lucha para conseguir una derrota electoral, como las que desplegó Uribe en las últimas elecciones. Una conquista de él. Sólo de él.
Hoy se sigue hablando de los votos que le faltaron a Peñaloza como de un triunfo tan espectacular de Álvaro, que éste de orgullo bien puede sentirse bastante henchido, y los bogotanos, bastante henchidísimos.     

¿Cómo le agradeceremos a Uribe la admirable decisión de abandonar la carrera de fáciles victorias políticas que hasta ayer llevaba, para entregarse a gastar lo mejor de él en la admirable de las derrotas electorales?

La determinación que Uribe tomó, ésta de que hemos venido hablando, es tan acertada y tan necesaria para la paz y la tranquilidad de la República, que los colombianos todos no podemos menos que felicitarlo de corazón.
Y también Álvaro debe saber que en todo momento lo animaremos a que siempre sea fiel al nuevo destino que él mismo le dio a su vida, y que nuestros deseos más fervientes son porque su futuro político esté plagado de logros tan brillantes como el del pasado 30 de octubre.

Y porque sin desvío alguno convierta su transitar existencial en lo que la Patria entera quiere que al fin sea: en un verdadero “derrotero”.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Por qué a Cartagena la llaman Corralito de Piedra?

Hacer reír, hacer sonreír: nuestra razón de escribir y dibujar

Este blog se lo debemos al escritor español Juan Goytisolo. Los creadores lo parimos luego de la lectura de su artículo “Molesto, luego existo”, publicado en El País de España, y en el que soltó lo siguiente: “A mi edad la única arma defensiva de que dispongo es el humor. Cuanto más corrosivo mejor”. A nuestra edad disponemos todavía de algunas armas, pero la única que emplearemos aquí es el humor. Reímos, luego existimos. Si conseguimos hacer reír, existiremos dos veces.