miércoles, 25 de abril de 2012

Breves variaciones, no sobre, sino en torno a Shakira, la ublime


Al cabo de escuchar cantar a Shakira, mi pésimo gusto musical se da por muy bien atendido.
 Siempre sentí que a mi mal gusto musical le faltaba algo, y ahora creo que ese algo es el cantar de Shakira. 
 A ese mal gusto mío le cabe de todo: desde el vallenato moderno hasta el repertorio de Shakira.
Oír cantar a Shakira es el medio más eficaz de sacar al mal gusto musical de algún largo y tenaz embotamiento.
 El romance de Shakira y Gerard Piqué comenzó cuando ella entendió el fútbol de él,  y terminará cuando él comprenda el canto de ella.

Shakira posee el talento para hacer que cierta gente le aplauda sus  berridos como si fuesen cantos, y sus  contorsiones como si fuesen danzas.

Shakira no  es un gallo que da voces cuando cacarea, sino una voz  que produce “gallos” cuando canta.

Lo pronosticamos: en el futuro, el mundo del arte considerará a los CDs de Shakira como la colección más rica y variada de “gallos” echados al viento por voz femenina alguna.

Si Álvaro Uribe Vélez encarnó la noche de la dictadurita, Shakira simboliza el sol de una nueva libertad…¡la libertad de ublime!

Tan deplorable es la letra que Rafael Núñez le aportó a nuestro Himno Nacional, que lo de Shakira constituye una mejora sustancial.

 A Shakira le cuelga ya la insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras francesas. Santos está en mora de crear la Gran Orden de la Libertad de Ublime, y de colgársela a la cantante por las admirables mejoras introducidas por ella a nuestro Himno Nacional.




lunes, 23 de abril de 2012

El uribismo hace del sexo un asunto de escasa monta

Hoy en día, ¿qué es lo que imita mejor a un espectáculo de circo pobre y fraudulento?

Una campaña presidencial, por supuesto.

Y pensar que los franceses continuarán padeciendo hasta el 6 de mayo próximo de esa horrible malformación política que es su actual campaña presidencial.

Precisamente los franceses. Precisamente ellos, que fueron los que inventaron el guillotinazo limpio y parejo para enderezar los asuntos de su propia política.

Pero allá, cuando las cabezas no caen, el valor civil sube.

Y uno de esos valores civiles fue el que reaccionó y se levantó para soltar esta invitación: 

“¡Franceses: contra esta campaña presidencial tonta, y no habiendo ya cabezas para el guillotinazo, y menos para el tortazo, bueno es el bostezo, y todos a eso!”.

Y sí: todos se pusieron a eso.

Y así, mientras los candidatos hablan y hablan, la vieja Francia boquea muy a su sabor…

Y los franceses ya no celebran las tonterías políticas con aplausos, como antes lo hacían, sino con una moderna y nutrida…salva de atronadores bostezos.

Pero, estando en esto, se levantó otro valor civil, esta vez en forma de mujer, de mujer sexualmente correcta, y arengó así a la Francia entera:

“¡Francesas y franceses: como entre bostezo y bostezo bueno es el sexo, entonces todas y todos a eso”!

Y quién dijo miedo: todas y todos se pusieron.

Pero no a eso. No a una explotación intensa de las instalaciones sexuales propias, como tanto les hubiera gustado a esas mismas instalaciones.

No a hacer uso directo del sexo, sino a hacer encuestas sobre el sexo.

Pues se entregaron por completo a un sondeo de opinión sobre la intervención del sexo en la política francesa. 

Dime cómo haces el amor y te diré por quién votas: bajo este título la BBC en español publicó algunos resultados del sondeo.

Pero allá los franceses y su lecho. Ocupémonos mejor del nuestro: del activo catre colombiano.

¿La inteligencia sexual colombiana interviene en política? Y si es así, ¿se ha vuelto politiquera? Y si lo es, ¿por quién vota?

No tuvimos necesidad de sondeo de opinión: nos bastó con observar a los adictos a Uribe Vélez.

Y comparando, he aquí las conclusiones a las que llegamos.

Los franceses que lucen un sexo satisfecho a medias, o insatisfecho por completo, tienden, los muy brutos, a votar por la extrema derecha.

Aquí ocurre lo contrario: los que votan por Uribe Vélez son los que se ufanan de llevar un paquete sexual satisfecho a más no poder.

Pero otros son los resultados en cuanto a la frecuencia con que la diversión se da en los centros personales de atención sexual.

Los votantes franceses de la derecha extrema alcanzan la cifra admirable de ocho polvos por mes.

Y aquí, los uribistas…los inefables uribistas –¡ay!- apenas sí llegan, y eso ayudándoles un poco, a la fabulosa cifra de…¡medio polvo mensual!

¿Cómo el uribismo consigue que sus adictos gocen de un sexo satisfecho con apenas medio polvo al mes?

Todos los colombianos lo sabemos: porque los adictos a Uribe Vélez -ellos y solo ellos- utilizan el sexo como adorno.

Y yo me pregunto para terminar: con adornos como esos, ¿qué uribista, sea hombre o mujer, no va a sentirse por siempre satisfecho?

miércoles, 4 de abril de 2012

La Grisales: esa antigüedad que sigue dando lora


Caricatura de Margarita Molano

La diva Amparo Grisales: así los comunicadores llaman a esta mujer y así la inflan injustamente de orgullo y soberbia.
¡Dizque diva…!

No más, amigos comunicadores. No más. Devuelvan el vocablo diva al diccionario, que es donde debe estar.
¡Y nunca…nunca más vuelvan a sacarlo de allí y a someterlo a la vergüenza inmensa de verse otra vez escrito al lado de Amparo¡ ¡Nunca más, por favor¡

Porque Amparo, y dicho sea esto con mucho cariño, es una “vieja”, y puede que hasta una “vieja buena”, y cuento acabado.

Sin embargo nos duele…En verdad nos duele que la Superintendencia de Industria y Comercio ande por ahí echando dudas sobre la juventud eterna de Amparo, y poniéndole a esta arrugas y años donde no los hay.

Queremos pues que se defienda de la conspiración infame que la envidia nacional ha armado contra Ella, y por eso rellenamos este espacio con la sabrosa e imaginaria entrevista que tuvo a bien concedernos.
DONHUMOR: Amparo…¿utilizó usted la publicidad de Revertrex para engañar calentanos?

AMPARO GRISALES: Jamás. Existen, sí, personas que quieren y ruegan ser engañadas, y yo lo único que hago es bregar y bregar para que este deseo se les haga realidad.
DONHUMOR: Usted no es joven, pero lo parece…

A.G.: Aunque he aparentado ser modelo y actriz y en ello he tenido algunos aciertos, he de decir que los éxitos más resonantes los he cosechado aparentando juventud. Esto, papito, lo hago muy, pero muy bien.

DONHUMOR: Ya mostró alguna vez sus pezones. ¿Hay algo también íntimo que no hayamos visto?
A.G.: Lo he mostrado todo. Todo. Pero lo que sí no he mostrado y nunca mostraré es mi verdadera cédula de ciudadanía.

DONHUMOR: ¿Su verdadera cédula?
A.G.: Es que cargo varias. Si quieres, papito, te muestro una de ellas. Según esta, por ejemplo, apenas tengo 35 años…

DONHUMOR: ¿Cuántas arrugas estaría dispuesta a soportar?
A.G.: Todas las que salgan… Siempre y cuando no me salgan a mí, sino a mi hermanita…

DONHUMOR: Varios años se disputan su nacimiento: 1936, 1946, 1956, 1966, 1976…

A.G.: No debieran pelear por ello. A estas alturas ya deberían saber que el único año que merece ese honor… es el más reciente.
DONHUMOR: ¿La muerte tendría en usted alguna posibilidad de éxito?

A.G.: Muy poca. Porque la muerte solo se encarga y tiene éxito en aquellas que se creen viejas…
DONHUMOR: Pero… si la muerte le llegara, ¿usted seguiría siendo tan eternamente joven como ahora?

A.G.: Papito, ¿y para qué cree usted que es la eternidad? Pues para que una joven como yo la aproveche. Y te digo una cosa más: si muero, si es que decido hacerlo, sé que iré derechito a aumentar el envidiable grupo de las once mil vírgenes.
DON HUMOR: No le teme al paso de los años…

A.G.: Definitivamente no. Aunque, al ritmo que voy, debo confesar que sí hay algo que me empieza a causar un poco de preocupación, y es el paso de los siglos…
DONHUMOR: ¿Se quita usted años de encima?

A.G.: Ni de encima ni de abajo, mi querido. Lo que sí me he quitado son los cumpleaños. Hace muchas décadas dejé de celebrarlos. Y esto de no celebrarlos constituye, aquí entre lo dos, el gran secreto de mi eterna juventud.
DONHUMOR: Ha decidido entonces vivir muchos años…

A.G.: Estoy pensando seriamente en romper el Guinnes Record de longevidad, que es de 969 años y lo ostenta un tal Matusalén. Claro, si antes alguna arruga infame no se tira mi carrera y me mata de la piedra…
Fin.