jueves, 14 de febrero de 2013

Por bancarrota, la miseria nacional entra a liquidación



Juan Manuel Santos consiguió al fin introducir un factor de desmoralización creciente en las cristianas y sempiternas filas de la pobreza colombiana.

Ocurrió cuando se ufanó en Chile de haber logrado en poco menos de un año reducir del 13 al 10% la pobreza extrema, olvidándose de paso de los desesperados esfuerzos desplegados por la propia y extrema pobreza para reducirse a sí misma.

De modo que aquí nadie le creyó a Santos. Y menos que menos los dueños y amos de la pobreza extrema, que no contentos  en la incredulidad se fueron más allá, y lengua en ristre la emprendieron contra el mandatario incierto.

Hasta de mentiroso llegaron a tildarlo algunos de ellos.

Con argumentos como los siguientes: “A la miseria nacional no le cabe un colombiano más. Ni uno más. A tal grado de saturación llegó, que ya se declaró en bancarrota, empezó a rechazar solicitudes de ingreso, y destetó y echó a la calle a centenares de miles de colombianos que hasta ayer vivían de ella”, dijeron los amos de la pobreza.

Y agregaron: “De manera que si en Colombia la pobreza extrema se redujo del 13 al 10% en estos meses, no fue gracias a Santos y a sus estadísticas, sino gracias a la miseria misma y a la determinación de deshacerse de una porción inmensa de colombianos que ella tenía bajo su pródiga indigencia.

Y concluyeron: “Lo que queremos subrayar es que en Colombia ya no hay miseria para aquellos compatriotas que está haciendo cola para refugiarse en ella. Tendrán que cambiar de pobreza o desplazarse con ella a otra parte.

“Y que quede bien claro: ya no hay lugar en ella para un colombiano más, no por carencia de generosidad, sino porque la miseria está en quiebra, y lo que es muy grave y puede causarle la liquidación definitiva, ¡aún sigue padeciendo de sobrecupo!”.

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