martes, 17 de julio de 2012

No habrá más bobitos en las gloriosas filas del gran Partido Liberal




El Consejo del Control Ético del Liberalismo tomó una drástica determinación en este sentido, no de manera fácil, sino tras librar una dura lucha contra las pataletas, los berrinches y demás argumentos que Simón Gaviria esgrimió contra esta decisión. 

Trascendió también que la Dirección Nacional del Partido respaldó por completo la resolución del Consejo, con el argumento que “algo así veíamos venir cuando advertimos la miseria en materia de lectura de que hizo gala Simón Gaviria frente al pueblo liberal, y a todo el pueblo colombiano.

“Hay que detener a tiempo a este Simoncito, o de lo contrario esa carencia de lectura suya podría llevarlo fácil y rápidamente a la Presidencia de la República, y ese gravísimo daño sí que no se lo queremos ocasionar a la Patria”, advirtió uno de los miembros de la Dirección Nacional.

Por otro lado, analistas políticos fueron más precisos, y afirmaron que el cierre de las puertas del Liberalismo a la bobería criolla se precipitó cuando “durante la última reforma a la Justicia, a la opinión pública indignada se le ocurrió elevar a Simón Gaviria, del Partido Liberal, a la altura de Simón el Bobito, de Rafael Pombo”.

“Esta elevación, o ‘igualación’, fue, por supuesto, tan inaceptable para la imagen del Partido, como lo fue para la honra de Simón el Bobito.
“Y de ahí que el Liberalismo colombiano hoy se sienta obligado a decirles adiós a todos sus bobitos”, remataron los analistas.

 Y por eso la Dirección Nacional ordenó que la aplicación de la medida fuese inmediata y se llevara a cabo con el rigor necesario; advirtió también que contra ella no podían proceder de ningún modo ni las recomendaciones ni los padrinazgos políticos, y dio luego a conocer un nuevo procedimiento de afiliación.

Así las cosas, “el colombiano o colombiana que a partir de ahora quiera, pese a todo, ingresar al Partido, deberá hacerse primero un examen genético, presentarlo luego, y sólo obtendrá la calidad de militante cuando se le dé entera aprobación a dicho examen”, aseguró el vocero de la colectividad roja.

Y prosiguió: “Los encargados de estudiar el examen genético y de decidir quién lo aprueba o le reprueba son el veedor nacional y los veedores regionales.

“¿Y por qué medio sabrán los veedores que un aspirante nació inscrito o no inscrito en la Sociedad de Bobitos de Colombia?

“Por comparación. Es decir, que los veedores tendrán que equiparar el mapa genético del aspirante con el mapa genético de un auténtico bobito.

“Repito: no con el de un bobito a medias, sino con el mapa del más bobito de todos los bobitos.

“Si los veedores encuentran que los dos mapas se diferencian bastante en aspectos genéticos importantes, el aspirante entra a engrosar las huestes del Liberalismo,

“Si, por el contrario, hallan que son iguales o bastante parecidos, el aspirante deberá ser rechazado…por bobito precisamente.

“Hay aquí una aclaración que hacer. El Partido exigía que el mapa genético del auténtico bobito, con el que habían de compararse los de los aspirantes, fuera el de Simón el Bobito…

“Como nunca dimos con él ni con su paradero, el Partido no posee y no podrá por tanto utilizar el mapa genético de Simón el Bobito, y tendrá entonces que, en su reemplazo, utilizar el de Simón Gaviria, alias Simón el Lectorcito”.


A todo lo cual yo agrego: “Y muy agradecido por esto ha de estar Simón el Bobito, pues el otro Simón, el que lo ha de reemplazar en lo del mapa genético, es la suma perfecta de buen bobito y mal presidenciable”.

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