El Consejo
del Control Ético del Liberalismo tomó una drástica determinación en este
sentido, no de manera fácil, sino tras librar una dura lucha contra las pataletas,
los berrinches y demás argumentos que Simón Gaviria esgrimió contra esta
decisión.
Trascendió
también que la Dirección Nacional del Partido respaldó por completo la
resolución del Consejo, con el argumento que “algo así veíamos venir cuando
advertimos la miseria en materia de lectura de que hizo gala Simón Gaviria
frente al pueblo liberal, y a todo el pueblo colombiano.
“Hay que
detener a tiempo a este Simoncito, o de lo contrario esa carencia de lectura
suya podría llevarlo fácil y rápidamente a la Presidencia de la República, y
ese gravísimo daño sí que no se lo queremos ocasionar a la Patria”, advirtió
uno de los miembros de la Dirección Nacional.
Por otro
lado, analistas políticos fueron más precisos, y afirmaron que el cierre de las
puertas del Liberalismo a la bobería criolla se precipitó cuando “durante la
última reforma a la Justicia, a la opinión pública indignada se le ocurrió
elevar a Simón Gaviria, del Partido Liberal, a la altura de Simón el Bobito, de
Rafael Pombo”.
“Esta
elevación, o ‘igualación’, fue, por supuesto, tan inaceptable para la imagen
del Partido, como lo fue para la honra de Simón el Bobito.
“Y de ahí
que el Liberalismo colombiano hoy se sienta obligado a decirles adiós a todos
sus bobitos”, remataron los analistas.
Y por eso la
Dirección Nacional ordenó que la aplicación de la medida fuese inmediata y se
llevara a cabo con el rigor necesario; advirtió también que contra ella no
podían proceder de ningún modo ni las recomendaciones ni los padrinazgos
políticos, y dio luego a conocer un nuevo procedimiento de afiliación.
Así las
cosas, “el colombiano o colombiana que a partir de ahora quiera, pese a todo,
ingresar al Partido, deberá hacerse primero un examen genético, presentarlo
luego, y sólo obtendrá la calidad de militante cuando se le dé entera aprobación
a dicho examen”, aseguró el vocero de la colectividad roja.
Y prosiguió:
“Los encargados de estudiar el examen genético y de decidir quién lo aprueba o
le reprueba son el veedor nacional y los veedores regionales.
“¿Y por qué
medio sabrán los veedores que un aspirante nació inscrito o no inscrito en la
Sociedad de Bobitos de Colombia?
“Por
comparación. Es decir, que los veedores tendrán que equiparar el mapa genético
del aspirante con el mapa genético de un auténtico bobito.
“Repito: no
con el de un bobito a medias, sino con el mapa del más bobito de todos los
bobitos.
“Si los
veedores encuentran que los dos mapas se diferencian bastante en aspectos
genéticos importantes, el aspirante entra a engrosar las huestes del
Liberalismo,
“Si, por el
contrario, hallan que son iguales o bastante parecidos, el aspirante deberá ser
rechazado…por bobito precisamente.
“Hay aquí
una aclaración que hacer. El Partido exigía que el mapa genético del auténtico
bobito, con el que habían de compararse los de los aspirantes, fuera el de
Simón el Bobito…
“Como nunca
dimos con él ni con su paradero, el Partido no posee y no podrá por tanto utilizar
el mapa genético de Simón el Bobito, y tendrá entonces que, en su reemplazo,
utilizar el de Simón Gaviria, alias Simón el Lectorcito”.
A todo lo cual yo agrego: “Y muy agradecido por esto ha de estar Simón el Bobito, pues el otro Simón, el que lo ha de reemplazar en lo del mapa genético, es la suma perfecta de buen bobito y mal presidenciable”.
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