viernes, 1 de junio de 2012

El Rolex de Fernando Londoño clama por su regreso al seno familiar



“Por suerte el Rolex de Fernando Londoño no fue víctima en la Caracas del raponazo común y corriente, sino más bien del voluntario abandono de su propietario en la ambulancia”.

Con esta explicación, Juan Manuel Santos empezó el diálogo con los periodistas.

“Pero, si para recuperarlo tenemos que mover cielo y tierra, los moveremos”, enfatizó enseguida Santos.

“Me explico: Sacudiremos tierra, por si algún vivo se hizo al Rolex y sintiendo que el piso se le mueve decide soltarlo; y cielo, por si uno de los muertos que fue a dar allá por el bombazo se arrepiente y nos lo devuelve”, remató.

Luego entró en defensa propia y a responder a las acusaciones que le vienen haciendo de indiferencia ante el vacío que dejó el Rolex en el seno de la familia Londoño.

Se sabe que sus malquerientes sostienen que “Santos no hizo lo poco que entonces debió hacer, que fue declarar duelo nacional y decretar bandera a media asta”.

Un periodista le preguntó: “Presidente, ¿sabe al menos el Gobierno en qué manos, o en qué muñeca, se halla en este momento el Rolex?”.

“Solo sabemos que se encuentra en manos de las Farc”, fue la respuesta de Santos.

A la que agregó:

“¿Y por qué las Farc? Porque ellas aventajan en todo a la afamada y experimentada delincuencia bogotana. Y cuando deciden apropiarse de un reloj de pulsera, no montan un simple raponazo, como lo haría una banda común, sino un operativo terrorista monumental, como el del pasado 15 de mayo, en el que no faltó el bombazo y vimos escoltas en átomos volando.

“También estamos seguros de que el Rolex sigue en Bogotá. Nos enteramos de ello por las vibraciones de angustia que emite el atribulado aparato, y que han llegado hasta la Casa de Nariño.

“Evitaremos a toda costa que salga de aquí. Para ello ofrecimos $500 millones de recompensa a quien lo recupere y hemos distribuido cientos de retratos del Rolex hablados”.

“¿Entre la ciudadanía?”, inquirió el periodista de Semana.

“Qué va, hombre, entre los ladrones de relojes, que nos ofrecieron su concurso para luchar contra el crimen organizado y traer el reloj de nuevo a casa”.

Aunque un estratega del gobierno cree que sería conveniente que el Rolex prefiriera viajar a la selva “porque así las Farc lo declararán preso político, exigirán canjearlo por su propietario, aceptaríamos tal canje y por ese camino el Rolex y la felicidad estarán de vuelta a la familia Londoño”.

Por su parte, Santos finalizó el diálogo dando dos razones por las cuales Colombia entera debe buscar y conseguir la liberación del Rolex.

Una, histórica: “Por no reponerle un cerdo y varias gallinas que había perdido, el finado Tirofijo fundó las Farc y con ellas se alzó contra los poderosos de Colombia. Si ahora las Farc no devuelven el Rolex, ¿alcanzaremos a imaginar las que armará Fernando Londoño, en desquite, contra los pobres de Colombia?”.

Humana la otra: “Cuando nos informaron que una bomba había estallado en los alrededores de Fernando Londoño, fuimos a la clínica a felicitarlo por haber salido con vida. Demacrado, como si su alma cristiana también hubiera volado en átomos, exclamó: -

-Presidente: ¿De qué me sirve a mí, a Fernando Londoño, haber salvado mi vida, si en el mismo hecho he perdido mi Rolex?-”.

“Y sí: a Fernando hay que devolverle el alma al cuerpo, devolviéndole su Rolex”, pensamos muchos colombianos.

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